8/11/08

Sonrisas en tiempos de crisis


TEMA: la victoria del partido Laborista en los comicios parciales de Glenrothes ( Escocia ) reabren el debate en el Reino Unido sobre la posible victoria de Gordon Brown en las próximas legislativas a celebrar la próxima primavera. 
RESUMEN: si bien hace tan sólo tres meses el Primer Ministro inglés Gordon Brown era más un estorbo para su partido que un activo político hoy en día se puede afirmar sin mucho lugar a error que es su principal baza electoral ante el Partido Conservador de David Cameron. La gestión británica de la crisis bancaria que vivimos estos días, así como el talante pragmático de Brown le han valido este súbito repunte en las encuestas que - puede - le dé unos comicios que tenía claramente perdidos.
ANÁLISIS: día 20 de septiembre del 2008 empezaba en Manchester el Congreso Anual del Partido Laborista inglés. De hecho, empezaba muy mal para su líder, pues se desayunaba con la noticia - ventilada convenientemente por los medios de comunicación, la relación de Brown con los media nunca ha sido ni todo lo fluida ni amigable que debería ser para alguien que aspira a repetir en el 10 de Downing Strret - de que su opositor "torie" David Cameron le sacaba 20 puntos de promedio en las diferentes encuestas realizadas a finales de agosto tanto por el Gobierno como por los editores de Fleet Street. Parecía claro pues que una era tocaba a su fin, la del laborismo light, la de los hombres y mujeres que una década antes, y a pesar de haber salido de las elistas universidades de Oxford o Cambridge habían hecho suyo el Laborismo hasta llevarlo al poder de la mano de Tony Blair.
Eso parecía. Las encuestas reflejaban lo siguiente:
a/ si las elecciones se hubieran celebrado  a finales de agosto un 44% hubiera optado por los "tories", un 24% por los "labour" y, - lo que era más grave para los compromisarios reunidos en el congreso - un 20% hubieran optado por el voto liberal demócrata.
b/ tan sólo un 16% consideraba que Gordon Brown era el hombre adecuado para dirigir el país, mientras que un 34% se inclinaba por el líder conservador.
c/ un 68% opinaba que Brown estaba desaprovechando la oprtunidad que le brindaba Tony Blair al dimitir éste a mitad de legislatura.
d/ un porcentaje similar - 64% - consideró en su día que el Primer Ministro no entendía las necesidades reales del país.
e/ por último tres de cada cuatro votantes se mostraba en contra de las políticas adoptadas por Brown durante su mandato y por consiguiente tan sólo un 25% de los encuestados pensaba que era el hombre adecuado que necesitaba el Reino Unido ante la crisis económica que se avecinaba.
Además Brown se enfrentaba por primera vez a un tenue oposición interna, no encabezada pero sí representada por el actual Ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband. De hecho antes del congreso se habían producido algunas dimisiones en la cúpula del laborismo, al filtrar interesadamente a los medios un sector del partido una encuesta interna en la que el 54% de los militantes opinaron que la dimisión de Brown era lo mejor para el partido y el 45% que lo idóneo era un cambio de líder para afrontar la elecciones del 2010 con mayores garantías de éxito que en ese momento.
No obstante, Brown no tiró la toalla, y se presentó como el único político inglés capaz de llevar al país a buen puerto en tiempos de auténtico desasosiego. Al estar su oposición bastante descabezada logró un triunfo fácil ante sus seguidores.
Hoy en día, dos meses después de esos peligrosos días de finales de verano, la figura de Brown vuelve a emerger amenazando seriamente a los "tories". Los 20 puntos  que Cameron tenía de margen sobre el ex Ministro de Finanzas de Tony Blair se han reducido el tres cuartas partes: las últimas encuestas hablan de una desventaja aún para los laboristas de tan sólo entre un 7 y un 5%, con el agravante de que ahora empiezan a aflorar a los medios las tensiones que hay en el Partido Conservador. Tensiones que no son nuevas, pero que con un 20% de ventaja en los sondeos no existían, pero que con el remonte laborista han ido ganando relevancia pese a los esfuerzos del gabinete de comunicación del candidato conservador por quitarles importancia.
Téngase en cuenta que Cameron es el mismo líder que humilló este mayo a los laboristas en las elecciones municipales, logrando un 44% de los votos emitidos y 300 escaños municipales más para su partido, siendo la segunda fuerza municipal de Inglaterra los liberal demócratas con un 25% de los votos y 70 regidores más - juntamente con 30 independientes - y en última posición y perdiendo más de 400 regidores quedaron los laboristas, con un exiguo 24% de los votos y perdiendo ciudades como Cardiff, Reading y, sobretodo, Londres.        
Entonces, ¿ qué ha pasado para que los ciudadanos y ciudadanas británicos hayan cambiado de parecer en tan sólo 60 días y Gordon Brown vuelva tener motivos para sonreir? Según todos los analistas y periodistas, lo que ha sucedido es que ha salido a escena el Ministro del Exchequer que es Brown, ese frío rector de la Universidad de Edinburgo ,Historiador especializado  en Historia  Económica - su gran pasión - que un día el desaparecido John Smith fue a reclutar para el laborismo escocés.
Ha salido el hombre pragmático, que ha sabido - por ahora - ver el origen del mal de la crisis financiera en la city londinense y la ha atajado con medidas que si bien no gustaron en un principio - nacionalizar "de facto" los bancos, echar a los malos gestores, ofrecer un Fondo de Garantías para las empresas aseguradoras que así lo solicitaran, limitar los ingresos de la élite financiera por decreto - han sido alabadas por todo Occidente y después comprendidas como las más adecuadas por el inglés medio. Medidas alabadas e imitadas:el Plan de Choque presentado por el Presidente Bush ante el Senado de los EE.UU. ya preveía las mismas soluciones que estaba aplicando desde hacía semanas el "premier" británico.
Al mismo tiempo, la Unión Europea acababa felicitando públicamente a Brown por su plan contra la crisis financiera y lo asimilaba en la medida de lo posible para actuar en los bancos europeos que así lo requirieran.
¿ Quiere decir ello que Brown va a ganar las próximas elecciones legislativas? No necesariamente, pero que ha sacado a su partido del marasmo en que se encontraba, sí. Y que con el apoyo de los liberales demócratas podría volver a gobernar, también.
Porque el sistema de representación británico favorece la sobre representación de los dos grandes partidos frente a los nacionalistas o liberal demócratas. Como la proporcionalidad de los escaños no es exactamente igual al porcentaje obtenido en las urnas, el hecho de quedar en segunda posición a menos de un 1,5-2,5% de desventaja de los conservadores no sería una pérdida automática del Gobierno. 
La mayoría absoluta son 326 escaños en la Cámara de los Comunes. Tony Blair alcanzó en las Legislativas del 2005 un 35,24% de los votos, logrando 356 escaños. En cambio Michel Howard , con un 30.65% tan sólo alcanzó 198 sillas en Westminster. Su diferencia fue de 4,59%, demasiado como para no evitar la mayoría absoluta.
En ello trabajan los estrategas de Brown: en ganar el mayor tiempo posible como para ir remontando la crisis dando una imagen seria, de gobierno solvente. Por ello el líder conservdor va pidiendo desesperadamente elecciones anticipadas, para no darle ese respiro a Brown y a su equipo. No ya pàra que ese margen recortado se quede a un exiguo 1-2%, sino para que el Partdo Laborista no acabe ganando las elecciones.
CONCLUSIÓN: partiendo de una base electoral más bien remota y de un Congreso de su partido donde las cosas se le empezaron a poner difíciles, Gordon Brown está demostrando al pueblo del Reino Unido que él es la persona más indicada para llevar el país en tiempos de crisis.
Ello no es óbice - y pese al espectacular repunte de las encuestas - para que gane los próximos comicios, pues la diferencia en los sondeos aún es de unos 7 puntos porcentuales. A pesar de ello, y con una gestión aún más acertada de la actual situación financiera, no sería de extrañar que el Partido Laborista pudiera acabar formando Gabinete, bien en solitario - posibilidad hoy muy lejana -, bien en coalición con los Liberal Demócratas - posibilidad ésta ya más acercada a la realidad, aunque también lejana por las diferencias ideológicas existentes entre los dos partidos.        

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